La temática fantástica congenia especialmente bien con el género de rol. Así lo demuestra Dragon Age: Inquisition, un título que ha llegado a superar a las dos entregas anteriores, lo cual parecía prácticamente imposible dada la elevadísima calidad que ambas rebosaban.
El frenetismo da comienzo junto al inicio de la partida, hecho que dice mucho del ritmo que llevará el juego que te convierte en superviviente y sospechoso de una catástrofe que se ha producido en forma de gran explosión. Poco tardarás en demostrar que no has tenido nada que ver con este deleznable acto. De hecho, serás el encargado de reparar los daños con el fin de que la humanidad no termine sumiéndose en el caos fruto de la maldad que desprende el agujero generado.
Dragon Age: Inquisition es uno de esos juegos que tienen muy en cuenta las diversas acciones realizadas, así que tendrás que pensar a fondo las consecuencias que cada una de ellas tendrá. Siguiendo el ejemplo de otros títulos de rol plantea multitud de misiones secundarias que se suman a la principal ofreciendo incontables horas de diversión sin parangón tanto si eres amante del género como si te apasiona la temática de fantasía. La sensación de libertad es palpable en todo momento, recreándose unos escenarios extensísimos que están repletos de detalles.
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